Por. Mg. Robay Libias Cabello
“La deserción escolar es un drama, es el inicio de un circuito de exclusión social; es multicausal, prevenible y es más barato prevenir el abandono de los estudiantes de la escuela que tratar de recuperarlos para que retornen luego que se han ido.”
Hace un año y seis meses después de iniciado el azote de la pandemia generada por el COVID-19, el Ministerio de Educación (Minedu) lanzó la campaña “Movilización Nacional contra la Deserción y la Promoción de la Reinserción Escolar”. Dicho evento contó también con representantes del Ministerio de Trabajo, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, UNICEF, Foro Educativo y la PUCP.
Pese al tiempo transcurrido las ideas centrales respecto de la deserción, sus causas, permanencia de los estudiantes en la Institución Educativa, la concepción sobre la escuela, su rol, el papel de la familia, de la sociedad y el Estado tienen vigencia hoy más que ayer. Extraemos algunas ideas planteadas con motivo del lanzamiento de la mencionada campaña.
¿Por qué es tan importante prevenir la deserción de los estudiantes y lograr su permanencia en el sistema educativo?
- La deserción escolar es un poner fin al proyecto de vida de los adolescentes, no solo es un problema educativo también es un drama social que indica cómo funciona el sistema educativo, no cómo funciona el adolescente.
- Los estudiantes que no concluyen la secundaria tienen menos oportunidades laborales, acceden solo a trabajos informales por lo cual carecen de derechos laborales básicos, la seguridad social y a las prestaciones de salud, entre otros.
- 7 de cada 10 trabajadores independientes informales tienen ingresos menores a la remuneración mínima vital, lo cual tiene correlación directa con el nivel educativo alcanzado en la primaria y secundaria.
- Los trabajadores informales es una realidad constante en el Perú. Este sector es altamente vulnerable ante situaciones de pandemia y reconversión tecnológica porque no están preparados para adaptarse a las nuevas demandas laborales. Las personas con educación son más empleables y más difíciles de reemplazar.
- Favorece el desarrollo de competencias laborales, el acceso y conocimiento de habilidades digitales básicas, y el desarrollo de habilidades socioemocionales. La escuela es uno de los ecosistemas donde las habilidades socioemocionales se pueden desarrollar, en complemento con la familia.
- El 58.6% de los niños entre 9-10 años y el 69% de los adolescentes están en situación de riesgo y desprotección. El 68.5% de prevalencia de violencia física o psicológica en los niños entre 9-11 años y un 80% de los adolescentes de 12-17 años.
La permanencia y continuidad educativa de la población escolar femenina es aún mucho más importante
Prevenir la deserción y lograr la permanencia de la población escolar femenina en la Institución Educativa tiene una importancia fundamental porque además de lo dicho habría que agregar lo siguiente:
- Permite cortar el ciclo de violencia, especialmente en las niñas y adolescentes, y acceder a mejores oportunidades.
- La permanencia tiene que ver con el entorno familiar, y el apoyo que recibe de ella, el contexto local y los servicios de protección y garantía de derechos que existen en ella.
- La culminación de los estudios tiene un impacto positivo en las distintas brechas.
¿Cuáles son las causas de la deserción escolar?
Multicausal; referidos a razones económicas, embarazo, maternidad, poco apego a la escuela; la institución educativa no satisface las expectativas de los estudiantes, la oferta educativa no es pertinente, todo lo cual propicia que abandonen la escuela con las consecuencias negativas que ello implica.
Prevenible; evitar la deserción escolar es mucho más efectivo que luego tratar de reparar, por ello se pueden desarrollar estrategias de atención temprana para identificar a los estudiantes que están en riesgo y desarrollar acciones para evitar la idea de abandonar la escuela y la ejecuten.
Búsqueda activa de los estudiantes que abandonaron la institución educativa, ubicarlos y reincorporarlos. Asegurar la continuidad escolar de los estudiantes tiene mucho que ver con lo que hace la familia, con el esfuerzo de la escuela, de cada estudiante y el sistema educativo, todos ellos tienen que poner mucho de su parte.
La Institución Educativa debe ser interesante, sensible, incluyente, atractiva, de diálogo permanente que motive la permanencia del estudiante. El tránsito por la escuela debe desarrollar el proyecto de vida, promoción del autoconocimiento y la autonomía. La tarea central del adolescente implica la construcción de identidad, articular el yo en el tiempo y de cara al futuro, es decir responder preguntas complejas como ¿quién soy yo? y ¿en qué quiero convertirme?, más que señalarles desde afuera una ruta de a dónde deben dirigirse.
Implica también promover la permanencia con incentivos, tener estrategias de alerta, de búsqueda activa, docentes con criterios claros para prevenir la deserción y otros sistemas de apoyo social como becas, entre otros.
La conexión a internet de los estudiantes como un derecho fundamental
La conectividad no solo es fundamental, en un contexto de pandemia tal acceso a internet de ancha base por el estudiante es un derecho, por ello hay que levantar la voz muy fuerte para que el gobierno y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones garanticen que ella llegue a las familias y a los estudiantes.
Que los estudiantes tengan una trayectoria educativa pertinente, relevante, que la disfruten y que todas las barreras que impidan su continuidad en el sistema educativo sean eliminadas. Por ello, lo primero es la propuesta de una educación amorosa, de una apuesta por la pedagogía de la ternura de Alejandro Cusiánovich. La educación es un acto de amor, el amor produce autoestima, autoconocimiento, seguridad y confianza en sí misma.
Por otro lado, el adulto significativo, el maestro que acompaña cumple un rol fundamental. Se trata de formar adultos significativos, fomentar la participación de la ciudadanía en la práctica, el protagonismo de los estudiantes favorece que encuentren un grupo de referencia por lo cual les encantan asistir a la escuela.
Proyecto ocupación futura y relacionamiento con pares y pareja, ocurre esencialmente en la escuela, se aprende a ser adolescente a partir de estos dos campos, dos ejes cruciales que ocurren fuera de la familia y tienen que ver con su bienestar socioemocional.
La deserción genera tanto una emergencia académica como social, se pierde el grupo de referencia que permite aprender a ser adolescente, aprender a transitar a la adultez, construir visiones compartidas del mundo, de conformar un grupo de referencia que permita pensarse a lo largo de la vida.
La ocupación futura, es la principal preocupación de los adolescentes en el país, lo consideran crucial, refieren que el principal y el único propósito de la escuela es prepararlos para la universidad. La institución educativa tiene que trabajar para hacer visible su propósito en la vida para los adolescentes, que estar en la escuela implica una experiencia valiosa en sí misma, no solo porque los certificará para enfrentarse al mundo cuando egresen.
El 95% de adolescentes aspira llegar a la universidad pero realmente solo llegan menos del 30%, situación muy dolorosa y compite con la posibilidad de que la escuela sea atractiva como para mantenerse en ella y, si se le añade el autoritarismo en la cultura escolar, docentecentrada de la escuela será aún menos atractiva como espacio.
Lamentablemente, tampoco la familia cumple el rol de apoyo, fuera de aplaudir el deseo de ir a la universidad y el deseo de ser profesional, no tiene los recursos, la experiencia para acompañar este proceso. La escuela tampoco cumple este rol, celebra el sueño del estudiante de ir a la universidad pero no le dice cómo alcanzarlo, cómo transformar ese sueño en un logro concreto.
La mejor manera para que la escuela retenga a los estudiantes es ofreciéndoles un genuino acompañamiento en términos de proyecto de vida desde sus presentes y enormes potencialidades, como parte de un proceso amplio de construcción identitaria, identificando opciones realistas y no automatizadas hacia la universidad y otras opciones de vida que le permitan ver recursos y oportunidades con las que cuentan, que confíen en la escuela con todo su corazón.
Cuando la institución educativa pierde un estudiante pierde esa posibilidad, lo condenamos a no tener opciones no solo de no tener un mejor trabajo, a lograr una ocupación más provechosa en el futuro, no solo a no poder ir a la universidad, los privamos, los excluimos de la posibilidad a concretar su derecho de construir su vida, a concretar su sueño y al final perdemos todos como sociedad y como país.