Por Mg. Robay Libias Cabello
Con motivo del centenario del nacimiento de Paulo Freire (19/09/1929) reconocidas personalidades e instituciones de varios países de América Latina rindieron homenaje al pedagogo latinoamericano más influyente del siglo XX. Si bien su pensamiento emerge en Brasil a fines de los 50 e inicios de los 60, como una crítica al sistema educativo vigente, sin embargo cabe precisar también que en aquel contexto emergieron varias corrientes de pensamiento cuyo denominador central era la apuesta por los oprimidos, cuyo análisis implica otro espacio y momento. Basta decir que en los años 60-70 emerge una generación que quiso cambiar el mundo, hacerlo mejor desde el campo político, ideológico y pedagógico.
Por ello, no podía pasar este momento sin que Magisterio expresara algunas ideas relacionadas con las tesis esenciales del gran pedagogo Paulo Freire:
- Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, a sí mismo, los individuos se educan entre sí y con la mediación del mundo; la comunidad es la base de la identidad y evolución de sus miembros. Por tanto, la acción educativa debe partir de la lectura de la realidad, ir al encuentro con la verdad, ejercer un liderazgo participativo, autocrítico para beneficio de la comunidad, especialmente de los que están en condiciones de marginación. Lo central es pensar la realidad, es decir implicarse en la observación y lectura del mundo que nos rodea, como también en la lectura de la palabra, para luego leer el mundo y la palabra de manera crítica – Paulo Freire.
- Educación no es neutral. Todo acto educativo es también un acto político, no es solo una cuestión técnica. El docente con sus actuaciones en el aula contribuye con la liberación o con la domesticación de los seres humanos, en la medida en que oculta o devela la realidad. Quiera o no el docente trasmite una ideología. Educar implica tomar posición sobre qué sociedad estamos construyendo. Se trata de formar una persona libre, autónoma, que aporte en la construcción de una sociedad más justa y democrática. Se trata de dotar con herramientas al educando para que decida con conciencia, autonomía y criterio cuando tenga enfrente varias opciones. “…el educador tiene un sueño y no tiene derecho a renunciar a él”, afirmaba Freire. Por ello, luchó por una escuela que superara las lecciones superficiales y diera ese paso renovador hacia un conocimiento reflexivo y fundado que propicie la comprensión como la actuación, porque el mundo social no nos es dado tal cual sino que es una construcción humana, por tanto puede ser transformado, mejorado por la acción del propio hombre – Paulo Freire.
- Representa la idea de una educación liberadora y de calidad para el pueblo, que impulse una democracia igualitaria, un mundo donde se preserven tanto tradiciones como el medio ambiente a la par que el progreso orientado hacia el bien común; un horizonte donde se proteja a las nuevas generaciones ayudándolas a pensar, crear y recrear a partir de los logros y fracasos de quienes las precedieron para construir -como quería- un mundo donde sea más fácil amar. “Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”, decía Paulo Freire.
- La educación como dialogo del uno con el otro, y viceversa, donde el uno como el otro sean dueños de su propia voz, irreemplazable, única, con sonido, eco y vida propia, como función intrínseca y natural que no necesita ser entregada a nadie ni por Es la voz que se crea y recrea en la interacción entre el sujeto y la cultura – Paulo Freire.
El sujeto es tal en el diálogo, en el aula como fuera de ella, en la interacción democrática de saberes entre educador y educando y, viceversa; se construye en una pedagogía de la pregunta más que en respuestas cuyo dueño es otro, así la pregunta termina siendo el comienzo para transformar el espacio educativo. El preguntar es disruptivo, implica quiebre, cuestionamiento, es poner en duda todo para genera nuevas posibilidades. La pregunta implica búsqueda de algo que todavía no está pero estará, afirma ausencias pero confirman presencias en el devenir. El preguntar implica aprender a escuchar al otro, es el desafío de cada día para abrirnos a la pregunta y al diálogo sabiendo que no hay respuestas definitivas. El reconocimiento del acto de preguntar como la esencia misma del acto pedagógico. Como el ruido, la pregunta incomoda, genera curiosidad, cualidad esencial y muy propia de los seres humanos.
- El eje fundamental es la búsqueda de una pedagogía que contribuya a la construcción de una sociedad de iguales. La fe profunda en la educación como agente de transformación social, que valore a todo ser humano por igual, que parta de la lectura de la realidad, de su derecho a ser escuchado para llegar a acuerdos de mejoramiento de las condiciones de vida para todos. Asimismo, la incorporación del arte como derecho a la expresión y disfrute de la belleza y el sentimiento de fraternidad. La participación de todos en la conformación de equipos responsables de proyectos orientados al bien común – Paulo Freire.
- Las ideas hay que crearlas, discutirlas y recrearlas. En lugar de formar individuos sumisos creados por la educación “bancaria” habría que crear una escuela para la autonomía y la esperanza. Una escuela en la cual cada sujeto escribiera con pasión su propia historia. “Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las condiciones para su propia producción o construcción”, decía – Paulo Freire en Pedagogía de la autonomía.
- Creía en un mundo mejor, era su utopía, también su esperanza. Las personas como sujetos constructores de su propio porvenir e historia. Paulo Freire es uno de los pedagogos más distinguidos, comprometido con causas progresistas, con su pedagogía crítica y con Pedagogía del Oprimido marca el pensamiento educativo de la segunda mitad del siglo XX como lo hizo John Dewey con su libro Democracia y Educación en la primera mitad del mismo si Siempre consideró muy importante integrar teoría, investigación y práctica.
- Los textos de Paulo Freire invitan a repensar nuestras prácticas, que el acto de enseñar sea un proceso reflexivo permanente, un ejercicio de pensamiento y conocimiento, de teoría y de práctica. Que en este acto educativo transformemos el conocimiento cotidiano, no conformándonos con la simple percepción de lo que vemos en el aula y en la escuela sino que en la reflexión podamos pensar para qué, con quién, por qué y contra quién enseño. Paulo Freire dejó huellas por donde caminar, especialmente una actitud pedagógica frente a la vida.
“Creo que la esperanza hace parte de eso que llamamos naturaleza humana. Me gustaría que me recordaran como un ser que amó profundamente las personas, los bichos, los árboles, las aguas, la vida…”, expresó Freire en una de sus últimas entrevista, paradójicamente también el último año de vida.
